Gracias a la tecnología LiDAR localizan 500 sitios arqueológicos desconocidos en México
Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Arizona y por el INAH ha examinado con LIDAR una vasta superficie de terreno que abarca varios estados mexicanos y el resultado ha sido el descubrimiento de casi medio millar de sitios arqueológicos ocultos bajo la selva.
Eso es lo que ha sucedido en México, donde un equipo internacional de investigadores del Proyecto Arqueológico del Usumacinta Medio, autorizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) y liderado por Takeshi Inomata, profesor de Antropología de la Universidad de Arizona, y que cuenta con la participación de Lourdes Hernández del Centro INAH Veracruz, Javier Durón del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y Miguel García y Melina García, investigadores adscritos a la Universidad Autónoma de México (INAM), ha logrado localizar mediante este sistema nada más y nada menos que 478 nuevos sitios arqueológicos en áreas donde se asentaron las antiguas culturas maya y olmeca (1100-400 a.C.).
En junio de 2020, el equipo de Inomata ya localizó en el área de Tabasco, mediante el LIDAR, el sitio arqueológico de Aguada Fénix, el más grande y antiguo de México, un complejo de forma rectangular que continúa proporcionando a los expertos valiosa información sobre el modo en que este tipo de complejos ceremoniales se expandieron por la región.
Este estudio es el más importante y completo realizado en Mesoamérica, y el área estudiada, de 85.000 kilómetros, abarca zonas del estado de Tabasco, el sur de Veracruz, Chiapas, Campeche y Oaxaca«Hace unos pocos años era impensable estudiar un área tan grande. El LIDAR está transformando la arqueología». Asimismo, el investigador cree que el descubrimiento de todos estos nuevos emplazamientos ceremoniales «cambia la comprensión de los investigadores sobre la relación entre la civilización maya y la olmeca».
Según Inonata, todos los sitios descubiertos posiblemente funcionaron como centros de reunión ritual, e incluyen grandes espacios abiertos centrales, a modo de plazas, de forma rectangular, algunos de los cuales pueden llegar a medir hasta 1,4 kilómetros de longitud, con lo que eran capaces de acoger a un gran número de personas. Asimismo, estos centros ceremoniales parecen estar en muchas ocasiones alineados con el amanecer de una fecha concreta. «Hay muchas excepciones; por ejemplo, no todos los sitios tienen suficiente espacio para colocar la forma rectangular en la dirección deseada, pero cuando pueden, parecen haber elegido ciertas fechas».
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